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Esta es la sorprendente historia de Mike Iskandar (en la foto a la derecha del monje budista Neung Pa), tal y como le fue contada por él mismo al periodista del New York Times Joan Raymond:

El monje budista Neung Pa y Mike Iskandar

Encontré a un tipo ruso hace unos cuantos años que me dijo que la vida no son realmente el número de días que has vivido, sino que se define mejor por el número de días que puedes recordar.

Durante el pasado otoño, mis socio y yo tuvimos la idea de montar una red social llamada LifeProfit.com para gente que quiera compartir sus ideas de cómo romper la rutina diaria y hacer algo más, algo que sea digno de ser recordado.
Desafortunadamente, el dominio ya estaba cogido. Averigué cuál era su email y le mandé unos cuantos correos para ver si podíamos llegar a un acuerdo. Pero no contestó nunca. Ademas, para complicar las cosas, él vivía en Pusan (Corea del Sur), bastante lejos de mi casa de Cincinnati (Ohio).

Entonces pensé que podría demostrar el concepto en el que se basaba la idea para la web. Mis amigos, familiares y compañeros creyeron que había perdido la cabeza.

Después de un viaje de 24 horas llegúe por fin a Seúl. Pasé unos cuantos días en la capital de Corea del Sur antes de emprender el viaje hacia Pusan. No había reservado ningún alojamiento fuera de Seúl, pero preguntando por aquí y por allí, me recomendaron un monasterio budista que acogía viajeros.

Cuando llegué al monasterio, me sentía como un pez fuera del agua. Especialmente durante las comidas. Nadie hablaba a la hora de comer. Todo el mundo se sentaba en el suelo, con las piernas cruzadas y se comía kimchi.

Desde el primer minuto que alguien me dijo que no se podía hablar, yo tenía ganas de hablar. No me gustaba el kimchi, ni estaba acostumbrado a sentarme con las piernas cruzadas y la espalda me mataba. Sin embargo, estaba sobrecogido por la hospitalidad de aquellos monjes.

De camino a Pusan me encontré con una mujer coreana que hablaba inglés que se prestó a ayudarme a encontrar al propietario del dominio. Fuimos capaces de encontrar su número de teléfono. Le llamamos y aceptó quedar en un cibercafé al día siguiente.

Después de una torpe conversación, conseguí convencerle para que me cedería el dominio. Me gustaría pensar que fue gracias a mis habilidades negociadoras, pero creo que fue porque se sintió mal al pensar que yo había viajado tan lejos para encontrarle.

Había conseguido el dominio. Mucha gente me pregunta si lo volvería a hacer. La respuesta es sí, pero esta vez no comería kimchi :-).

Han dejado 3 comentarios...

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meneame.net

17 de marzo de 2009 at 23:06

Una manera diferente de conseguir un dominio…

"Durante el pasado otoño, mi socio y yo tuvimos la idea de montar una red social llamada LifeProfit.com para gente que quiera compartir sus ideas de cómo romper la rutina diaria y hacer algo más, algo que sea digno de ser recordado. Desafortuna…

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Domisfera » Articulo » Broker de dominios: Completar las transacciones

14 de mayo de 2010 at 21:30

[…] Rick Latona comentaba la transacción de un dominio que más tiempo les había llevado finalizar (Una manera diferente de conseguir un dominio). El dominio SZ.com fue vendido el 20 de Noviembre de 2009 y transferido finalmente a su comprador el 10 de Mayo de 2010, casi medio año después: […]

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Domisfera » Articulo » Síntesis comentada de 98 minutos con Rick Schwartz

12 de septiembre de 2011 at 7:03

[…] Un dominio tiene valor si recibe tráfico y genera beneficio. En un futuro puede tener mucho más valor si se puede desarrollar un negocio en él. Pero si genera beneficio ya es en sí mismo valioso. Mi trabajo no es esperar 15 años para vender el dominio a alguien con una idea de negocio ni buscarlo. Mi trabajo es sentarme en la playa con mi ginger ale y mi piña colada y esperar que esa persona venga porque si lo buscara por todo el mundo probablemente no lo encontaría. Es más fácil que él me encuentre a mi (De Ohio a Seúl para comprar el dominio LifeProfit.com). […]

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